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Techos de chapa: un clásico que vuelve con la última tecnología

A pesar de que posee detractores, la chapa es un clásico que sigue siendo elegido para la construcción de techos de viviendas.

Las nuevas tecnologías han sumado muchos beneficios a este material, logrando como resultado un mejor desempeño del producto.

En este sentido, la oferta de este material hoy en día se ha ampliado y diversificado, logrando adaptarse a cada uno de los requerimientos.

Entre los tipos de chapas más utilizadas y requeridas en el mercado podemos mencionar las siguientes:

Cincalum: se trata de una chapa de acero revestido por el proceso de inmersión en caliente. Posee una aleación de aluminio (55%) y cinc (45%). Ofrece una excelente resistencia a la corrosión y a las elevadas temperaturas y tiene buena reflectividad. Supera de dos a seis veces la vida útil del galvanizado.

Galvanizada: el revestimiento galvanizado se obtiene aplicando una capa de cinc en ambas caras de una chapa de acero laminado en frío o en caliente. La chapa galvanizada es resistente, y protege al acero de la corrosión. Se trata de un excelente material que combina la resistencia del acero y la durabilidad del zinc.

Teja de chapa: Se trata de una opción moderna, que imita la teja francesa. Una alternativa que mantiene las características estéticas de la teja, pero con la practicidad y versatilidad de la chapa. De fácil mantenimiento y gran durabilidad.

Paneles aislantes: Estos poseen revestimiento exterior de acero pre pintado o cincalum y en su interior foil de polipropileno con núcleo de poliuretano. En el mercado se pueden conseguir en tres versiones: trapezoidal, tipo teja francesa y tipo sinusoidal.

Panel Sandwich: se trata de un acero pre pintado o cincalum en ambas caras, con formato tipo trapezoidal y núcleo inyectado en poliuretano. Su cara interna puede quedar a la vista. Resulta ideal para quinchos, galerías o cocheras. Es un producto sumamente útil y práctico, ya que ofrece protección, estética y aislación todo en uno.

Resulta vital evaluar los diferentes materiales y saber elegir el correcto, ya que las diferencias que presentan pueden resultar sustanciales en la vida diaria del hogar.

Así, hay chapas sin aislación, que resultan más económicas, y las hay con núcleo inyectado aislante, que aunque al momento de la compra resultarán más costosas, redundarán en un ahorro de gas y energía significativos en lo que a consumo del hogar se refiere.

Además, su colocación es fácil, son cortados a medida y prácticamente no precisan mantenimiento.

En cuanto a los pros y los contras de las chapas, podemos decir para culminar, que si no poseen aislación los ambientes se tornarán sumamente fríos en invierno y calurosos en verano. En cuanto a las ventajas, si poseen aislantes son ideales para zonas de amplitud térmica, y poseen gran durabilidad y resistencia en relación a otros materiales disponibles en el mercado.